Comenzamos esta recomendación, si se nos permite, parafraseando al poeta Jaime Gil de Biedma: que la vida era negociable, es algo que uno empieza a comprender más tarde.
Uno va aprendiendo que todo podría haber tenido un final distinto de haber tenido habilidad para negociar y en ocasiones se arrepiente de no haberlo sabido antes. Pero cuando uno lo aprende de muy joven, aprende a diseñar su propia vida, a manejar a los demás a su antojo y valerse de sus debilidades para conseguir beneficio… cuando uno lo aprende desde muy joven, tiene todas las posibilidades de convertirse en un monstruo. Seguir leyendo