RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, AGUSTÍN
Es excepcional en la Historia Naval del mundo que un gran marino destaque igualmente al mando de buques tan distintos como galeones y galeras, en escenarios tan disímiles como el Mediterráneo y el Atlántico y contra enemigos tan variados como temibles. No lo es menos que brille igualmente como gran táctico y como gran estratega, como vencedor en batallas puramente navales y en operaciones anfibias, tan eficaz como subordinado y como jefe supremo, aparte de que fuera excelente diplomático y se preocupara del último de sus subordinados, hasta merecer el título de padre de los soldados que le dedicó Cervantes.