UGEDA CALABUIG, FERNANDO
Otoño de 1935. En una aldea de la cornisa cantábrica, Laura asciende desnuda por un sendero y al poco se arroja al mar desde el borde rocoso de un acantilado. La muchacha ha dejado escrita una carta, pero su padre, Pablo, no sabe leer. El señorito Alejandro, hijo del cacique del lugar, ha sido visto rondando a Laura durante meses, no había lengua en la aldea que no murmurara. En la inveterada mente de Pablo todo parece estar claro. Hombre misántropo y montaraz, ni sabe de leyes ni quiere justicia; él solo ansía venganza.