El deterioro, a gran escala, de la Naturaleza hoy, en buena medida causado por comportamientos y malos usos del hombre, es una evidencia que obliga a que ésa se defienda y modifique sus propios cauces como, por ejemplo, los que han llevado al cambio climático que estamos ya viviendo. También se ha despertado cierta conciencia hacia el respeto de la misma. No hay más que echar un vistazo a los importantes y diversos movimientos de carácter ecologista que han impulsado, con diferente éxito, a que los poderes políticos actúen y pongan en marcha diversidad de disposiciones en aras de la conservación del medio ambiente.
La cuestión a la que este libro, en concretos aspectos jurídicos, pretende dar respuesta, centra su observación histórica sobre el ejercicio de conductas buenas y malas del hombre con relación a los medios de subsistencia que le proporcionaba la obra de Dios, su entorno natural del que es inseparable, al que de ordinario no vulnera y al que solamente se enfrenta en situaciones excepcionales.