GARCIA SERRANO, RAFAEL
Soy camarada de una generación con destino propio. Nuestro destino de morir, mi mismo destino de morir me lleva a Eugenio, el muerto que yo que cada uno de nosotros hubiera querido ser. Huérfanos de apoyo redimimos la tierra de España, para recibir el bautismo del trigo y el bautismo de la sangre. [ ] Fuimos a la guerra convencidos de que en su fin podríamos decir lo contrario de la generación remarquiana: estamos totalmente salvados, aunque deshechos por las granadas. Somos jóvenes, elementales, orgullosos, católicos y revolucionarios".