El icono, una hermosa tablilla que representa una escena religiosa, es para los ortodoxos la representación del mismo Dios o de sus santos. En su origen, solo podían ser pintados por sacerdotes o monjes que seguían un ritual de ayuno y penitencia en el que el mismo Dios inspiraba al artista. Este libro revisa los iconos más representativos de la Iglesia ortodoxa, y una selección del santoral ortodoxo, mostrando en su esplendor su gran belleza artística.