En 1040, los ejércitos de Bizancio tratan de reconquistar Sicilia, en poder de los Árabes. Durante el asedio a Taormina, que se le resiste a Harald, el terrible jefe varego que encabeza las tropas bizantinas, un normando llamado Tancredo y Étienne, un joven monje legado del Papa, le ofrecen los servicios de su reducida tropa de mercenarios. A petición de Étienne, Tancredo se acerca a Harald para proponerle un trato: provocará la caída de Taormina en tres días a cambio de las riquezas de la ciudad.