MARONE, LORENZO
Todos intentamos emprender el vuelo, para luego, por la noche, resguardarnos bajo la pérgola de nuestros pequeños gestos cotidianos. Ser rutinario no quiere decir ser un fracasado. Los niños son rutinarios. Y los perros. Y son lo mejor que hay en el mundo.
Llamarse Luce no es nada fácil, sobre todo si tu carácter no es precisamente el más luminoso. Pero peor aún es apellidarse Di Notte, una de las muchas bromas del calamidad de su padre. Si además vives en Nápoles e ir a trabajar en Vespa se convierte cada día en una aventura; si eres abogada, licenciadacum laude, pero en la oficina solo te encargas del papeleo; y si tu familia es un desastre? Es comprensible que, de vez en cuando, se te inflen un poco las narices.