La verdad se parece al diamante en que tiene numerosas facetas y casi infinitas aristas. Igual que la piedra preciosa brilla en todas direcciones, la verdad proyecta sus destellos esclarecedores en dirección a muchos puntos. Seamos sinceros. La propaganda, la mentira, el bulo, la noticia falsa, va con nosotros casi desde que el mundo es mundo. Son cualquier cosa menos nueva. Jalonan nuestra historia unas veces como consecuencia de la observación inexacta de un suceso o de la difusión de un testimonio imperfecto acerca del mismo, y otras son pura falsedad. Reconozcamos que jamás conoció el hombre un régimen de «verdad» objetiva.