En situaciones de catástrofe estamos ante un problema de SALUD, que necesita un enfoque integral y la colaboración entre diferentes organizaciones y estamentos para su resolución, resaltando la importancia de una buena planificación en la actuación ante desastres.
La vulnerabilidad y dependencia de la población pediátrica hacen que deba tener un tratamiento especial. Los recursos necesarios para el cuidado de recién nacidos, lactantes y niños ante una catástrofe son limitados y no siempre adecuadamente distribuidos. El análisis de los riesgos y peligros, y la preparación y planificación de los planes de las catástrofes será fundamental para minimizar el número de fallecidos o lesionados.