GUZNER, SUSANA
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Una ejecutiva madrileña, Aurora Barragán, viaja a Las Palmas de Gran Canaria en su quincena de vacaciones. Mujer más bien impávida, de carácter racional y equilibrado, a poco de llegar y a consecuencia de un inusitado cúmulo de malentendidos es reconocida como una de los suyos por los integrantes de una mafia internacional que trafica con inmigrantes, ampliamente buscada por la INTERPOL. A raíz de esta circunstancia fatídica, la pacífica Aurora deberá afrontar una vorágine de acontecimientos rocambolescos que pondrán en peligro su vida.
En Aquí pasa algo raro conviven dos géneros raramente emparentados: la novela negra de riguroso planteamiento y la de humor coral. Jugando con numerosos personajes de distintas nacionalidades, caracteres y objetivos, la narración seduce tanto por la solidez de la historia como por su ritmo vibrante e intenso con escenas hilarantes que se suceden sin tregua.
Una novela de notable calidad literaria, tanto por su trama como (y muy en especial) por el derroche de imaginación en personajes y situaciones, así como la excelente factura de sus diálogos, juegos de idiomas y argots y la constante mutabilidad de escenas como cambios de facetas diamantinas, sin perder por ello el imprescindible desarrollo robusto del tema central y su desarrollo de principio a fin. Guzner es una gran escritora, de pluma limpia y culta pero nada pedante, de un humor exquisito y con un enorme capacidad de situar a quien lee en el corazón mismo de la ficción.
Párrafo aparte merece el amor que la autora derrocha por las islas, en particular por Las Palmas. Me han emocionado sus descripciones y escenarios tan queridos por mí, y ganitas tengo de darle un abrazo agradecido si me fuera posible.
Una novela de notable calidad literaria, tanto por su trama como (y muy en especial) por el derroche de imaginación de personajes y situaciones, así como la excelente factura de sus diálogos, juegos de idiomas y argots y la constante mutabilidad de escenas como cambios de facetas diamantinas, sin perder por ello el imprescindible desarrollo robusto del tema central y su desarrollo de principio a fin. Guzner es una gran escritora, de pluma limpia y culta pero nada pedante, de un humor exquisito y con un enorme capacidad de situar a quien lee en el corazón mismo de la ficción.
Párrafo aparte merece el amor que la autora derrocha por las islas, en particular por Las Palmas. Me han emocionado sus descripciones y escenarios tan queridos por mí, y ganitas tengo de darle un abrazo agradecido si me fuera posible.
Una novela de notable calidad literaria, tanto por su trama como (y muy en especial) por el derroche de imaginación en personajes y situaciones, así como la excelente factura de sus diálogos, juegos de idiomas y argots y la constante mutabilidad de escenas como cambios de facetas diamantinas, sin perder por ello el imprescindible desarrollo robusto del tema central y su desarrollo de principio a fin. Guzner es una gran escritora, de pluma limpia y culta pero nada pedante, de un humor exquisito y con un enorme capacidad de situar a quien lee en el corazón mismo de la ficción.
Párrafo aparte merece el amor que la autora derrocha por las islas, en particular por Las Palmas. Me han emocionado sus descripciones y escenarios tan queridos por mí, y ganitas tengo de darle un abrazo agradecido si me fuera posible.
Una novela de notable calidad literaria, tanto por su trama como (y muy en especial) por el derroche de imaginación de personajes y situaciones, así como la excelente factura de sus diálogos, juegos de idiomas y argots y la constante mutabilidad de escenas como cambios de facetas diamantinas, sin perder por ello el imprescindible desarrollo robusto del tema central y su desarrollo de principio a fin. Guzner es una gran escritora, de pluma limpia y culta pero nada pedante, de un humor exquisito y con un enorme capacidad de situar a quien lee en el corazón mismo de la ficción.
Párrafo aparte merece el amor que la autora derrocha por las islas, en particular por Las Palmas. Me han emocionado sus descripciones y escenarios tan queridos por mí, y ganitas tengo de darle un abrazo agradecido si me fuera posible.
