KERRIGAN, GENE
La próspera Irlanda lleva una década enamorada de su propio éxito, pero en las calles de Dublín se siguen cometiendo los mismos delitos que antes y mafiosos como Lar Mackendrick campan a sus anchas. El inspector Harry Synnott lo sabe bien tras veinte años de servicio en la Garda Síochána, el cuerpo policial de la República de Irlanda. Aunque su decisiva participación en varios casos importantes le ha valido el respeto y la admiración de sus superiores, la mayoría de sus compañeros lo consideran un traidor por haber denunciado a otros agentes.