EWING, JACK
¿Qué sabemos del caso? Sabemos que el delito se llevó a cabo ante la presión existente por superar a Toyota como el fabricante de automóviles más grande del mundo, un objetivo que alcanzó solamente dos meses antes de que estallara el escándalo. Sabemos también que el fraude se fraguó entre los directivos de la companñía que veían imposible cumplir con los objetivos de ventas. Pero la historia comienza en 2007 cuando Volkswagen planeaba su renacimiento en Estados Unidos. La propuesta central de su campaña de marketing se basaba en que únicamente Volkswagen podía ofrecer motores diesel que brindaran al mismo tiempo el máximo rendimiento, una economía de combustible y bajas emisiones de óxidos de nitrógeno. Por lo que sabemos hasta el momento, los directivos de Volkswagen se dieron cuenta alrededor de 2009 que el motor diésel que habían desarrollado, con un alto coste, no respetaba la promesa de cumplir con los estándares de emisiones de Estados Unidos. Por tanto, tenían dos opciones: confesar el fracaso o hacer trampa.
Y así es como con la instalación de un software ilegal engañaron al mundo hasta que en 2015 una investigación efectuada por el Centro de Emisiones de la Universidad de Virginia descubrió el fraude.