EL MORABET, MOHAMED
En primavera, los jilgueros regresan a Alhucemas desde el desierto, el mismo desierto del que vuelve el hermano de Brahim tras participar en la Marcha Verde. Para Brahim, Alhucemas es su hogar, su hábitat, allí conoce a todos y todos lo conocen. Su vida transcurre en la escuela y entre las paredes de su casa, donde su madre cuida de él y de su hermano mayor, en las calles, donde se encuentra con las vecinas y se cruza con los pescadores que vuelven de faenar cada día. Desde pequeño, Brahim aprende que la muerte, la enfermedad, la guerra o la locura forman parte de un mundo aparentemente sencillo, en el que, sin embargo, la incertidumbre siempre aguarda. Dotado de una serena sabiduría y protegido de alguna manera por los pequeños detalles, él acepta lo que acontece, sin oponer resistencia. Años más tarde, el joven Brahim se traslada a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Tetuán.