SALA FRANCO, TOMÁS / TODOLÍ SIGNES, ADRIÁN / MARTÍN-POZUELO
El teletrabajo constituía algo marginal en España hasta la crisis de la COVID-19. Este hecho podía estar motivado por la tradicional cultura empresarial española "presencialista", aunque también por otros factores como la incertidumbre reguladora que envolvía al teletrabajo. Con la crisis sanitaria el teletrabajo se ha multiplicado exponencialmente y no parece dispuesto a abandonarnos. Al contrario, previsiblemente, la crisis del coronavirus enlazará sin solución de continuidad con el desarrollo imparable de las nuevas tecnologías de la comunicación (entre otras, la irrupción de la robótica, la inteligencia artificial, el "Internet de las cosas", el blockchain, la realidad virtual, las redes de gran velocidad y los sistemas inalámbricos, posibilitando la creación de entornos virtuales que permiten la prestación de gran variedad de servicios en remoto. Todo ello, unido a la reducción del coste económico del acceso a Internet y a las herramientas tecnológicas, al incremento de los costes del transporte (especialmente, el aumento del precio del combustible) y a la voluntad de favorecer la conciliación de la vida laboral, personal y familiar, ha impulsado el uso de las NTIC en todas las esferas, especialmente en la laboral.