SAIZARBITORIA, RAMON
Porque empieza cada día terminó de escribirse en abril del 1968, ymayo asomaba en la esquina con reivindicaciones en favor de lalibertad para todos los ámbitos de la vida, pero sobre todo el sexual. Se acabó eso de que otros los mayores decidieran por una, en cómotenía que ser la sexualidad, el amor o la vida. Eran los años en quela pilula se había convertido en promesa de libertad. Gisèlereivindica la responsabilidad sin tutelajes sobre su cuerpo y sudestino, pero no lo tiene fácil ante el tribunal del decoro social ymoral.
Como afirma el simpático charlatán que ponevoz al protagonista principal, algo mayor ya para la protestacallejera, que sigue con mirada indulgente el destino de Gisèle:prefiero mil veces la rebeldía de estos jóvenes a la docilidad de los jóvenes de mi época.
En el parloteo de esteentrañable personaje, lleno de chispa, ironía y humor, se abre caminola imagen de una chica joven con una maleta que espera la entrada deltren en su andén, y que la trasladará a no se sabe dónde, ni con quéobjeto. Se trata del destino de Gisèle, estudiante de Filosofía