GALLARDO PAÚLS, BEATRIZ
El discurso político que ocupa la esfera pública nos ofrece a diario ejemplos de desplazamientos discursivos que parecen romper todo tipo de convenciones comunicativas y que comparten la tendencia general a la exageración. Por ejemplo, la fiscalización léxica y las hipercorrecciones del lenguaje políticamente correcto ponen en suspenso el acuerdo intersubjetivo que se contiene en la gramática, mientras estos rasgos hiperbólicos son a su vez contestados por una creciente desinhibición retórica que no se detiene ante los principios democráticos ni de derechos humanos.