AA.VV
Cuando hablamos de salud podemos hacerlo desde un punto de vista general o personal. Si bien existen definiciones validas para todos, cada ser humano debería saber también que significa estar sano, en las circunstancias que le ha tocado vivir y de acuerdo con las posibilidades que tiene su propia estructura física y mental. Aunque no pueda hablarse de grandes divergencias entre la salud en abstracto y su reflejo concreto e individual, lo cierto es que las personas no reaccionamos de la misma manera ante los cambios de nuestro organismo ni ante las variaciones del entorno. Existe pues un nivel óptimo y general de bienestar, pero como seres individuales tenemos necesidades y recursos propios para definir qué es aquello que nos conviene y cómo podemos lograrlo. La buena salud se convierte así en un desafío personal en el que la prevención resulta tan importante como la como la conservación.