CAI, MARTA
Teresa, cuarenta y siete años, profesora de inglés, ni lista ni tonta, ni guapa ni fea, fumadora (mucho), bebedora de café, vive en casa de sus padres en una ciudad de provincias y va en bicicleta a todas partes. La madre de Teresa es una mujer agobiante, hipócrita, cateta, estirada y ridícula, un ser invasivo que se arroga estar a cargo de todo en este mundo, incluso del padre de Teresa, que nadie sabe si tiene alzhéimer o se lo hace. Teresa no conoce el amor, no lo ha conocido nunca, pero cree saber lo que significa ser amada sin que te desangren. Lo podrá comprobar, tras un elaborado conjunto de peripecias -resumen de las miserias y virtudes de la vida en ciudad-, cuando decida enamorarse voluntariamente de Alessandro, exalumno, guapo y estúpido, incapaz de todo y hasta de aprovechar el viento cuando sopla a favor, escoria del sistema educativo y del sistema familiar. Teresa vive en una familia perfectamente tóxica, Alessandro en una familia imperfectamente tóxica.