DEBORD GUY
La vida de Debord estuvo marcada por el cine y por la voluntad de negarlo de todas las maneras posibles, "con y contra el cine", como se tituló uno de sus artículos en la revista Internationale Situationniste. Su primera acción pública fue la proyección de una película sin imágenes, y la última privar al mundo de la posibilidad de ver sus films, cosa que realmente ocurrió durante el final de su vida. También la obra a la que ha quedado más asociado, La sociedad del espectáculo, antes de llegar a ser un libro fue un proyecto de película "de un género nuevo". Si hoy paradójicamente podemos hablar de la influencia subterránea de la obra fílmica de Debord, que alimentó tanto a la nouvelle vague como las prácticas de cine militante y videoactivismo de los setenta hasta el presente, no es porque aspirara a labrarse semejante posición en la historia de las formas artísticas. Todo lo contrario: si algo caracterizó esta incursión a regañadientes fue la voluntad de destrucción del cine por sus propios medios: que el saqueo de realidad que practica la cámara sea sustituido por el saqueo de las imágenes recontextualizadas en un nuevo montaje.