GARGARELLA, ROBERTO
Muchas democracias aparecen recorridas por un temible fantasma: el hastío o la fatiga. La ciudadanía se muestra harta de sus instituciones, exhausta de sus representantes. Se habla de democracias que ya no mueren como antes, de un golpe de Estado, sino de muertelenta, y a partir de un paulatino desmantelamiento que llevan a cabo,por medio de pasos legales, quienes han llegado a apropiarse delpoder. Ante este diagnóstico desalentador, Roberto Gargarella plantea explícitamente la gran pregunta leninista: ¿qué hacer? Y argumenta endos direcciones absolutamente originales. No se trata de emparchar elsistema de frenos y contrapesos entre los tres poderes del Estado, ode mejorar el control judicial, o de depurar el sistema político defuncionarios corruptos o incapaces. El problema no está en laConstitución ni en las personas aisladas. El problema es que nuestras instituciones tienen doscientos años y están a años luz de las demandas y necesidades sociales.