Compuesto en Bucarest entre 1940 y 1941, en un clima de tensiones y masacres, de deportaciones y sismos, el presente libro se inscribe entre las obras cimeras de la vanguardia rumana y señala el momento más fecundo, exuberante, «truculento» y «fascinante» en la producción de Gherasim Luca, a la vez que el más siniestro y angustiante de su biografía y de la historia de Europa en la primera mitad del siglo: « tras dos años transcurridos en París, donde Victor Brauner lo presentara a Breton y a su grupo, Luca escribe su libro de transición, volcando en él todo el vértigo de esa nueva experiencia: con el surrealismo había encontrado la forma que contiene y expresa su rabia, confiriéndole una razón de ser. Se ponía así, con una cierta nostalgia, sin duda, en diálogo con las experiencias surrealistas llevadas a cabo en Francia. Separado de sus amigos, dispersos a raíz de la guerra por el sur de Francia o por el mundo, y sin perspectiva alguna de unírseles, en la imposibilidad de imaginar cualquier género de intercambio, Luca se pliega al rumano con una furia, una violencia y una desesperación redobladas por la finalidad improbable de su empresa: ni posibilidad de publicar, ni intercambio o eco fuera del grupo surrealista rumano que acaba de fundar con Gellu Naum», comenta Petre Raileanu en su impecable monografía.