PUENTE, ANTONIO
Hacia el final de sus vidas, Shakespeare, en La tempestad (1611), su última obra teatral, y Cervantes, en La ínsula Barataria, el Quijote, Segunda Parte (1615), coincidieron en adoptar, curiosamente, un escenario insular. A partir de esos legados, se busca recomponer la ardua fisonomía de unas islas inmersas en lo que Seamus Heaney llamó los seculares poderes del tormentoso Atlántico; acaso, porque, a diferencia del Mediterráneo (considerado, en ambas tramas, Tierra Firme de sus duques respectivos), no es un mar sino un Océano o un mar medi-oceánico....