Las crueldades padecidas por millones de seres humanos durante el siglo xx no dejan de impresionar a sucesivas generaciones: guerras civiles y mundiales, bombardeos que arrasan ciudades, sistemas políticos totalitarios, campos de exterminio, bombas atómicas, genocidios, matanzas tribales, atentados terroristas, torturas, persecuciones religiosas, etc. Los medios audiovisuales difunden noticias y reportajes sobre asesinatos, degollamientos, vilezas, aberraciones, atrocidades, violencia de género, que dejan a los espectadores aterrorizados, indignados, sin aliento, confusos. La contemplación de tanto dolor y sufrimiento, además de conmover, ha originado agudos interrogantes en torno al origen, causas y efectos del mal en la vida humana. Estamos ante uno de los problemas morales que, a pesar de los obstáculos, la filosofía ha de intentar esclarecer.La perspectiva ética y política predominante en esta obra, bajo el amplio título de La maldad , busca clarificar lo que acontece en el interior del sujeto causante del mal, en la persona que realiza libremente actos crueles (de los que es responsable) con tal grado de perversidad que constituyen un escándalo de difícil comprensión, una injusticia imposible, humanamente, de perdonar y subsanar.