La necesidad de comer todos los días obliga a cocinar con unaperiodicidad determinada, sea la que sea, nunca coincide la cantidadexacta que tenemos con la que queremos comer, por lo que con ciertafrecuencia tenemos más cantidad de la que consumimos, dando origen alas famosas «sobras».
Es necesario recuperar las buenas formas queaplicaban nuestras abuelas para aprovechar cualquier resto, dándoleuna segunda vida a los alimentos sin que tuvieran apariencia de«sobras», manteniendo con creatividad un segundo uso del mismo nivel,y a veces mejor que el primero.
Las sobras no sobran pretende, conun talante simpático, aportar ideas para esa segunda vida que, conseguridad, darás a tus creaciones culinarias; hemos pretendido que sea un libro al que volver de vez en cuando, sobre todo cuando un táperlleve más de tres días en el mismo sitio.