GARZÓN CARRILLO, DIEGO
En Bogotá no existe el aburrimiento. Cada vez hay más oferta cultural, restaurantes para todos los gustos, parques, festivales que cualquier país envidiaría y fiesta durante todas las noches. Se mire por donde se mire, Bogotá emociona con un encanto adicional que enamora a todos: su gente.
Esta es la capital de Colombia: un tesoro a 2600 m de altura. La nevera, como la llaman los colombianos que llegan de zonas calurosas, es conocida por su gran oferta cultural y también por su amplia variedad gastronómica, no solo autóctona, sino también de cualquier lugar del mundo. La diversidad arquitectónica, con predominio del ladrillo visto, contrasta con los cerros orientales, que se imponen como telón de fondo de la ciudad. La Candelaria, en el centro, ofrece una arquitectura colonial que permanece intacta pese al transcurso de los siglos.
