ZAPATA, MIGUEL
Escrita con mano de orfebre, Nos tragará el silencio supone una alegoría dantesca de un mundo distópico que se parece demasiado al nuestro. Tanto, que, al final de lo que se cuenta, uno es consciente que lo que el narrador expresa, está referido a nuestro mundo, al actual, y no habíamos sido capaces de verlo. De ahí su grandeza, pese a los agoreros, pese a los gobiernos, pese a los generadores de opinión, pese a las noticias falsas que nos epatan y que nos rodean, en un mundo que pareciera estar instruido porque posee muchos aparejos de información, y, sin embargo, lo esencial se nos escapa (agua entre los cuencos de las manos), aturrullados como andamos con tanto pasaje intencionado para conformar nuestra opinión en un mundo controlado hasta el más mínimo pasaje, por una cohorte de interesados maniqueos, esos que siempre deciden lo que nos conviene (como individuos, como sociedades, como pueblos) de entre esa dualidad que anida en los siempre indefinidos extremos del bien y del mal. De lo aceptable y de lo rechazable. De lo punible y de lo tolerable.