ACUÑA, EMILCE
El sargento de la policía Agustín Fonseca debe investigar un homicidio sucedido en un pueblo de provincias, justo allí donde nunca antes había pasado nada. A partir de entonces todo cambiará en esa pequeña comunidad, acostumbrada a la calma y al río, y Fonseca deberá enfrentar sus miedos, el vínculo con las mujeres ausentes en su vida y los fantasmas de los que estuvo escapando. No hay nada peor que vivir en un lugar donde todos saben tu nombre, dice el protagonista, sin embargo será allí, en medio de seres cercanos y extraños a la vez, donde hallará su redención.l atentado de Lomas Taurinas, en Tijuana, la periodista se adentrará buscando respuestas hasta lo más profundo de la podredumbre laberíntica de la justicia y la política mexicanas.Al final, la única certeza que se refleja en Matar al candidato es que los ciudadanos somos meros espectadores de un perverso espectáculo teatral, donde los poderosos en turno manejan el país a su arbitrio, en ocasiones sin siquiera molestarse en ocultar sus flagrantes actos de cinismo o de despiadada corrupción.