En ningún otro lugar de Venecia existen espacios tan amplios como en la Giudecca. La isla vista desde el Sur revela a los curiosos rebosantes zonas de verde. Hay un jardín en particular que llama la atención por la intensa vegetación salvaje que parece haber tomado la delantera sobre verjas, tejados y pérgolas: es el jardín que todos conocen por el nombre de su creador:
Eden.